Cuando se es sordo, es cierto que no se puede oír, pero todo lo demás se puede hacer, e incluso más. Carlos Michaud
No cabe duda que cuando ayer se pedía el voto para llegar al cargo, el ruido de un país, Estado o Municipio era intenso, hoy tan solo se escuchan lamentaciones, quejas y hasta arrepentimientos, servicios básicos ineficientes, la inseguridad incontrolable y la atención a la salud por rumbos desconocidos, la propuesta de tener un sistema de salud como Suecia, Canadá ahí sigue plasmado y esperando en el papel.
Para el lindo y querido Campeche, tan solo vive a diario la deshonra de sus propias autoridades que despreciaron el talento Campechano, que mezclaron el acento chilango con el maya como estrategia para salvar y enaltecer la cultura, los funcionarios casi obligados a por lo menos decir unas palabras en maya, escuchándose hasta ridículos por desconocimiento de la misma cultura y grandeza de nuestra tierra maya.
Peor aún de una coalición, que su unión no es más que seguir colgado de la ubre del erario público, lejos de avanzar Calkiní, retrocede, lejos de hacer, se deshace y hasta se empeora y se agrava la si situación, pero las miradas sobre quienes no dejan avanzar hacia el progreso, como si el pueblo estuviera ciego.
Los tiempos han cambiado, hoy el pueblo demanda resultados y mejores servicios, pero cuando el pueblo se queja, se lamenta y se arrepiente, los gobiernos tan solo buscan a quienes culpar de su fracaso administrativo.