“La mayoría de las promesas acaban en papel mojado, poque los pactos únicamente se dan entre iguales y por ello, jamás se llevarán a cabo, porque se pone en juego el futuro que sólidamente se ha construido en un pasado lleno de promesas”. Zancajo S.
¡Bárbara la de los pelitos en la nariz!; ¡qué habrá enterrado en este juego de palabras que con solo leerlo origina pesadez de párpados y cansancio cerebral, que cierra sus puertas para dar paso al dolor de cabeza, -no de cerebro- que evita el cansancio y la fatiga que se ha estado evitando, desde que se ha prometido que ya no más promesas en este mundo de prometedores profesionales que dejan a la sociedad amateur en el camino de la desgracia. Las promesas son como un brindis a la nada, todos gritan, los sabios opinan, los que hacen el grueso social aplauden a rabiar y con ello qué sucede; ¡exacto! ¡se hace público el marcado desequilibrio de siempre entre los mismos que disfrutan de todo y los mismos cuyas espaldas y hombros son utilizados para seguir caminando hacia los beneficios de grupúsculos por todos conocidos, o elevándose para después ya no mirar hacia abajo, en donde solo hay miseria, pobreza y descontento, pero que después será todo olvidado para esperar con ansias la siguiente promesa!
A ojo de buen cubero, el que siempre está cerrado, ¿es que acaso no se sigue haciendo público el dispendio, el tráfico de influencias, las muestras de poder, y los latrocinios al respeto y a la dignidad humanas? ¡Carambolas sin sal y limón, como aprietas la lengua y originas la mudez!; lo que empezó con la caída de una pequeña piedra se ha convertido en el más grande alud, que aún así, no cae sobre conciencias que pudieran evitar dolores futuros o aplastamientos prematuros, para aquellos que aún empiezan a caminar en el rumbo del pantano de las promesas, llenos de ofidios y pestilencia, que se han convertido en costumbre en un egoísmo existencial, en que hombre y sombra están peleados, por la existencia de uno y la inexistencia del otro, sin saber que ninguno existe al estar atados a los hilos manejados de manera arbitraria por quienes prometen componer el mundo, y parchar los caminos, los techos, los zapatos, pero no la vergüenza del orgullo de una raza, que aún en el suelo siguió peleando por unos ideales que se han convertido en nada.
¡Todos negocian, pero ninguno cede; unos por no querer soltar ni remotamente todo lo que desde tiempos ancestrales tienen, y los otros, por ser recipendarios de limosnas y dádivas con la promesa de que ¡eso es solo el inicio para llegar al final del arcoiris, en donde encontrará el tesoro de las cazuelas llenas de oro, como el cuento inacabable del huevo y la gallina! ¡Se necesita algo más, cuando todos son los más grandes adivinos, aún mejores que Nostradamus, cuando antes de inciar un proceso ya tienen sin temor a equivocarse el nombre del ganador! ¡Hágame el favrón cabor!; eso quiere decir que la gente supernormal como la que habita pacientemente este planeta, de todas las clases sociales, ¡son asombrosamente perspicaces, pero incapaces de enfrentar al toro por los cuernos, si acaso su vecino de al lado no lo hace!
Según, unidos se pueden hacer las cosas, pero ese es el problema que originó la ruptura de la sombra con el cuerpo, entonces, ¿quien podrá desentrañar el misterio de CUANDO LA FARSA AÚN DISFRAZADA, ES FARSA?