Ha pasado ya prácticamente una década de que fue inaugurada y hasta la fecha deja mucho que desear la famosa carretera de cuatro carriles Campeche-Mérida, donde la ciudadanía denuncia además de mala calidad en la obra, tortuguismo para atender el deterioro que presenta y que muchos opinan constituye un peligro.
En la sabia filosofía popular se ha acuñado la frase “ven la tempestad y no se hincan”, para referir ver el problema sin hacer nada, ver la magnitud del pecado sin enmendarse, ver la gravedad sin siquiera inmutarse.