“El incumplimiento es un problema social, ya que no se trata de un incumplimiento personal, sino de la generación de otros compromisos políticos que no admiten no ser cumplidos, aunque con ello se generen personalidades que lesionan el valor y la moral de los individuos”. G. Herrera F.
El tiempo es el único que camina de manera inexorable y no se detiene; pasos van, pasos vienen, pasos desaparecen y el reloj sigue su marcha, sin importar guerras o guerreros caídos, nombres o sentimientos cambiados, realidades en medio de la decepción olvidados; la política de la vida es la más difícil, pues en su eterna carrera, en la que se compite por vivir para ser feliz, vivir para amar, vivir para gozar de los satisfactores por igual, se van descubriendo los más terribles obstáculos plagados de lenguas de doble filo, dragones de diez cabezas con las llamas ardientes de sus palabras que calcinan dignidades y destruyen personalidades, arenas movedizas que ahogan en su podredumbre las incipientes y nada fortalecidas armaduras de la fe, o la dizque bondad infinita que tan solo espera parpadeos para cercenar gargantas o yugulares sin temores ni arrepentimientos, pues tan solo aseguran beneficios personales sin importarles que para ello, vayan en contra de su propia sangre, de su propia raza, de su propia identidad.
Prometer implica un gran compromiso para todos por igual; de manera chusca el mexicano lo multimenciona a través de toda su historia cuando giran a nivel mundial sus tres grandes promesas: “La última y nos vamos, mañana te pago, y, nomás la puntita”, siempre cargados de la picardía con que se han ganado campeonatos mundiales y por los que México es reconocido a través de todas sus fronteras. Pero, ¿Qué implica este ejemplo?, ¡Que el valemadrismo es la más grande escuela que sigue siendo la más segura universidad para poder subsistir en este mundo de vivales en el que el tuerto es rey, el cojo campeón de todas las carreras y el mudo el más grande orador de todos los tiempos! ¡Las iglesias llenas de arrepentidos que cotizan con monedas sus pecados y hasta pagan por adelantado por seguir en ese cómodo camino de dispendio y libertinaje, pero con la autorización del “grande”, y así, ¿quién contra ellos? ¡Todo lo que se prometa está escrito en papel mojado para asegurar con ello el incumplimiento de una manera cabal y visible!; sin embargo, ¡eureka!, ¡está la Ley de los pactos! ¡esos pactos que sacrificaron al rojo Judas, pero que acomodaron al amarillo Pilato y beneficiaron a la guinda barrabás al hacerlo miembro de la gran familia universal!
Entonces se está ante más de un brindis al sol, pues siempre se tendrán al margen de todas las promesas de cualquier índole, de cualquier persona u agrupación, grandes actuaciones de los protagonistas que se harán merecedores de inmediato, a ser considerados aspirantes al “Oscar”, por la seriedad al demostrar su falta de conciencia, de humildad, de nobleza y de empatía para buscar afanosamente la notoriedad sin importarles los desequilibrios en el mercado familiar y social. Un año más, que se va cargado de millones de quejas; muchas quejas asesinadas a placer por las mismas mentes mutiladas que aceptan todos los embates de promesas en la confianza de que esa es la vida, la que a cada cual toca vivir y la que siempre han vivido sin sobresaltos ni extraordinarieces. Un año más con más de lo mismo convertido con la costumbre en lo mismo de siempre, un año en que muchas velas se han apagado y otras aun con mucha cera pero con poca mecha, titilan generando sobresaltos por si acaso en cualquier momento se pudieran apagar; pero ante todo, se está por cerrar no un ciclo de vida sino un período de diario aprendizaje que debe hermanar, debe unir, debe generar confianza y debe hacer válida la enseñanza del humilde maestro de la bata blanca y las sandalias llenas de polvo y de amor, que recorrieron todos los caminos para dejar escrito en su universo de amor y de paz “AMAOS LOS UNOS A LOS OTROS” ,aunque sin dejar de pensar que LAS LLAMAS TITILAN…LOS TIEMPOS SE ACABAN