Gaspar A. Herrera Farfán

“Ser empático con los colaboradores podrá hacer que, de manera solidaria, cualquier organización se fortalezca y pueda salir adelante, lo menos afectada posible; el trabajo coordinado, el seguimiento puntual de los objetivos y las metas, el uso eficiente y transparente de los recursos y el trabajo hombro con hombro serán el soporte valioso que siempre se tendrá para poder salir adelante.” LAURA ROBLES

El liderazgo no te lo dan los votos, el amiguismo, el compadrazgo o el parentezco, sino las acciones que son las que al final podrán darte ese nobiliario título que tan bajo ha caído por la manera irrefrenable y compulsiva con que ha sido utilizada y que inclusive ha sido la más grande creadora de panteones en donde descansan en su santa paz, algunos que aún no saben que se han ido con la tía de las muchachas a una eterna sepultura resguardada por el abuso y el cinismo. Dice un viejo y conocido refrán que “cuando veas a tu vecino rasurar, pon entonces tus barbas a remojar”; ¡María santísima de los arcángeles divinos!, ¿es que de tanto deteriorar a la educación se olvidaron ellos mismos de alimentar el pensamiento, el análisis y la reflexión y se olvidaron de entender tan sabio mensaje? ¿Es que no fueron capaces de ver que su barca se hundía por la soberbia, el orgullo, la prepotencia y la sinrazón y en lugar de aprender cada cual, a agarrar su remo con firmeza, se la juegan a un águila o sol, pensando tan solo en el milagro que haga recuperar la razón al ciudadano y vuelva a tener la confianza plena en ellos?

¡Y lo peor es cuando se llega y se continúa en la irresponsabilidad de seguir ignorando compromisos meciéndose en la suave y cómoda hamaca en donde cada día despierta un culpable que haga la magia de seguir el viaje en ese petate mágico en donde todos son culpables, menos el que verdaderamente lo es!; no busquen nombres, jamás van a encontrar alguno, solo repasen historias pasadas y se van a encontrar con una repetición espantosa que los va a hacer soltar el recuerdo y quererse poner aquella sotana escondida que “aunque el hábito no haga al monje”, los haga esconderse en su carapazón interior que seguirá aguantando hasta el día que se le permita hacer explosión, ¡porque ahí pueden encontrar en repetidas ocasiones su propio nombre! Cabe hacer mención de una anécdota comparativa de cuando se encuentran dos amigos y su plática los ubica a saber lo más cada uno del otro; pues sí dice uno, soy Ingeniero egresado de una de las mejores escuelas y con los mejores promedios; respuesta inmediata del otro: ¡y porqué estás tan jodido que no tienes ropa, calzado y supongo ni dinero!, ¡mírame, yo después de la secundaria ya no estudie nada más porque mi papá que fue presidente municipal, me puso a trabajar con él, con un buen salario, luego con los amigos de él me hicieron diputado, y ahora manejo un partido político con lo cual ya aseguré el futuro de toda mi familia”. ¡No jemodas!, ¿Esto requiere de alguna respuesta aclaratoria?, ¿Quién la va a hacer? ¿yo, tu, él, nosotros, vosotros, ellos? ¡Ay san Agapito Bendito, ya salió el profesor, porque MAESTRO, solo hay uno, aunque ahora se le compare con un dedo y a diario se le rece con afán!

Con todo lo anterior, letras más, letras menos, solo se buscan lectores que entiendan y que además quieran esa fuente de trabajo, ¡Aún debajo de las piedras, muy escondido, debe haber alguno! ¡Alguien que no desee perder la oportunidad de estos únicos y valiosos momentos de servir con amor y capacidad, y que analice honesta, sencilla y objetivamente su actuar en ésta, pues ya no se está en tiempos de intocables sino de resultados, efectividad y trabajo en equipo; reitero, no hay nombres, cada cual ponga el suyo y haga con vergüenza lo que le corresponda hacer, porque ¡YA ESTANDO EN EL BARCO, HAY QUE APRENDER A REMAR!

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