Platón establece cuatro virtudes cardinales del hombre: Prudencia, Fortaleza, Moderación o Templanza y Justicia; sin embargo, hay que aunarle las virtudes múltiples como benevolencia, civilidad, compasión, cooperación, esmero, coraje, cortesía, confianza, equidad, amistad, generosidad, honestidad, laboriosidad, justicia, lealtad, moderación, paciencia, razonabilidad, autodisciplina, autosuficiencia, tacto, consideración y como elemento importantísimo para todo lo anterior la Tolerancia.
¡Ups! ¡Pa su mecha con la Meche que no se lavó la cara! ¡Ser virtuoso no es ser alguien de otro mundo o de alguna dimensión desconocida, sino solo ser valiente para poder adquirir esa multiciplicidad de elementos que generarán, no un superhombre, sino alguien que se tiene a sí mismo al servicio de los demás! ¡Pero no solo eso, sino que cada acción va a tener un brillo especial, como esa luz propia que hace la diferencia entre el montón y la personalidad definida!
Compasión, discernimiento, integridad, fiabilidad y esmero, son otros ingredientes probados como fundamentales para esta gran mezcla, que pudiera recordar las múltiples dudas, después de haberse realizado el logro divino más grande en este mundo tan deteriorado, que es el hombre; Virtud se define, según la Real Academia Española como “Fuerza, Vigor o Valor”, o como “Integridad de ánimo y bondad de vida”, ¡Eureka! ¡Ahí está la clave de la fórmula!, Según Aristóteles, la Virtud, es moral y ética, pues son rasgos de carácter que se manifiestan, según la Ética a Nicómaco, en acciones habituales de las conductas cotidianas de las personas. ¡Uno jamás es el mejor, pero el mejor siempre resulta ser el que a diario interla serlo con afán, perseverancia, inteligencia, conocimiento y respeto! ¡Si te dices el mejor y tus acciones demuestran lo contrario, hay que tener presente que lo mejor no se dice, lo mejor, se hace!
¡No hay que atarse a promesas comprometidas sino a convicciones definidas!, ¡Jamás hay que apostar el nombre por las causas ajenas y la vergüenza por las acciones imposibles, ¿Qué qué de qué?, ¡Claro! ¡Quienes viven bajo el cobijo de otros, que son personas interesadas, generan virtudes no propias que se encuentran totalmente comprometidas con esos “otros” que le van robando su formación y lo van convirtiendo en un personaje sin personalidad, respeto y dignidad propias! La sociedad actual, movida por intereses y poder, va haciendo escuela que ha logrado borrar a la propia escuela, y hasta a los hogares, con ejemplos tan a la vista, que demuestran que la capacidad, la virtud, la ética y los valores morales, son nada ante el poder y la fuerza avasallante de demostraciones que rayan en lo obceno, pero que no es más nada que la radiografía de la debilidad para no romper el cascarón de la desidia y empezar con el encendido de la mecha transformadora que recuerde los principios de verdad y de justicia que haga individuos independientes, humanos y generosos, capaces de hacer la diferencia entre el cielo, el purgatorio y el infierno.
Hay que ser capaces de ampliar las bondades y buenaventura de los mexicanos, pero cómo hacerlo cuando se mira que la irresponsabilidad y la ignoracia se premian, y la tenacidad, la perseverancia, inteligencia y constancia se ignoran; sin embargo, el principio de la rebelión está en hacer suya la frase de: NO SOY EL MEJOR, ¡PERO TRATO DE SERLO!