Mientras Haití lucha por recuperarse del devastador terremoto de 7,2 grados que sacudió el país el fin de semana, causando la muerte de unas 1300 personas, la ONU advierte de que es probable que muchas personas se vean afectadas por la depresión tropical Grace, una tormenta que se espera que traiga lluvias torrenciales, inundaciones y corrimientos de tierra entre el lunes y el martes.
El lunes, Organización Internacional para las Migraciones (OIM) declaró que su trabajo en este momento está centrando en la búsqueda de edificios seguros en los que se puedan refugiar los miles de residentes desplazados ante la llegada de la tormenta que probablemente provocará inundaciones repentinas y corrimientos de tierra, después de que más de 13.600 viviendas quedaran destruidas o gravemente dañadas por el temblor.
Además de los muertos y heridos, los primeros informes indican que se han derrumbado más de 700 edificios, incluidos hospitales y escuelas, que se han destruido más de 3700 viviendas y que se han producido importantes daños en las carreteras.
"Estas cifras aumentarán a medida que avance la recopilación de datos", dijo Federica Cecchet, jefa adjunta de la Misión de esa agencia de la ONU en Haití. "Una de las prioridades en las próximas semanas será la gestión adecuada de los refugios de emergencia y el apoyo humanitario a los miles de desplazados".
Tres días después del terremoto, los equipos humanitarios aún no han llegado a muchas zonas, especialmente en el departamento de Nippes, ya que el acceso se encuentra obstaculizado por la destrucción y los daños en carreteras y puentes.
El domingo, Pierre Honnorat, responsable del Programa Mundial de Alimentos en Haití, explicó en un tuit que, con la carretera cortada entre Les Cayes y Jérémie, es difícil hacer llegar los suministros alimentarios de emergencia a quienes los necesitan.