Gaspar A. Herrera Farfán
“No importa la causa que defiendas, esta tiene un límite. ¡No puedes defender lo indefendible! Seas de izquierda o seas de derecha.” Desmotivaciones.es
“Defendiendo lo indefendible” es un excelente libro de Walter Block publicado en el año de 1976, el cual permite el enfrentamiento valoral en una realidad, en donde algo tan sencillo como el principio de no agresión, pudiera permitir tantas barbaridades. Por la exigencia lectora ha sido traducido al chino, al español, francés, holandés, italiano, portugués y rumano, sin embargo, ante tantos lectores y tantas enseñanzas, pues permite comentarios de connotados críticos, la interrogante es ¿cómo es que sin argumentos y ni siquiera el uso de la lógica vivencial o existencial exista aún gente que se ufane y haste se sacrifique por defender lo indefendible? Por ejemplo, Friedrick Hayek comentó sobre este libro: “Walter está llegando demasiado lejos, pero al final caigo en la cuenta de que tiene razón. Esto es como una medicina que algunos encontrarán un tanto fuerte, pero les hará bien pese a su sabor amargo”. ¡O sea!, ¿habrá acá escondida alguna respuesta? ¡Carambanas con sabor a manzanas que yes!, ¡Las falacias populares suelen expresarse en forma de prejuicios infundados que, a pesar de demostrarse su falsedad, siempre habrá un ejército en su defensa que, sin uso de la inteligencia, tan solo se ponen a tiro de venado para ser sacrificados por nada!
¡Lo indefendible no se defiende, pero hay que ampliar la mirada en justicia! ¡No hay que decir o escribir cosas a riesgo de ser mal entendido, pero si enfrentar una realidad argumentada cuando se ha considerado como punto de razón, para buscar una solución lógica y aceptada que cambie y transforme para bien, y no tan solo sirva para alimentar polillas en los tantos y tantos documentos archivados por todos lados! ¡No hay que ser más papistas que el papa ni más justicieros que la propia y devaluada justicia, que ni por sí misma tiene valor, sino hay que ser congruente como dice Walter: no se defiende a las personas por lo que son, sino por lo que se atrevieron a hacer convirtiéndose en los mejores en ello, proxenetas, usureros, etc.”; ¡No se trata de cortar cabezas para meter miedos y decir, sacrifico a uno pero conservo a mil; ¡se trata de ser coherentes y alimentar doctrinas con ejemplos y no fracasos con las mismas acciones de siempre! ¡Las imposiciones siguen siendo el factor de quiebre para insistir en que, de miles de oportunidades para formar buenos líderes, se desperdicie esa capacidad con aquellos que tienen la opacidad demostrada de su ignorancia, desconocimiento de cualquier función, pero lealtad perruna a quien le da de comer!
No los invito a leer este libro, pero quien tenga la oportunidad hágalo, pues a pesar de su irreverencia, es un excelente texto que hace lo que dejaron de hacer los libros de texto escolares o las instituciones educativas y de formación: ¡remover neuronas y establecer un lazo directo con la comparación por medio de la reflexión y con ello “hágase la luz del conocimiento” !; Socava el papel del estado, pero también da oportunidad de hacer conciencia hasta donde los demás son culpables, o donde se aplica aquello de “los enemigos de mis enemigos son mis amigos” y así todos seríamos enemigos ¡para seguir DEFENDIENDO LO INDEFENDIBLE!