Por Gaspar Herrera Farfán
“Los lugares más obscuros del infierno están reservados para aquellos que mantienen su neutralidad en épocas de crisis moral” Dan Brown.
La llamada sociedad, aunque siempre se esté en su interior en una franca disociación de ideas, a pesar de tener a la gente racional y pensante, ha demostrado un “libertinaje” permisivo que lo mismo ignora al sabio, que crea y genera a seres que en su excelsitud los asemejan a las deidades divinas, al permitir las violaciones de su cavidad craneal con inyecciones a su mínima y endeble masa encefálica para la realización de un “cocowash” tan efectivo, que los hace olvidar a la mismísima santísima inquisición, que les impuso el terrorífico mundo del terror con la generación de un cielo para los buenos y un infierno para los malos.
¿Tendrá este comentario relación alguna con la frase popular y tan conocida de que las niñas buenas van a misa y las niñas malas viajan por todo el mundo en medio de la riqueza y la opulencia? ¡No lo sé, porque ahora ese milagro se lo dejan a la política partidista! ¡Ahora las expresiones son: la pobreza es para los votantes, que no te importen los medios, tú busca un lugar que te de recursos y poder! ¡Las nailas se operan, las chichi…cuilotas también, no se requiere cerebro, pues siempre habrá quienes piensen por ti!, ¿Algo qué perder?, ¡todo por ganar! ¡Y es así como se desatan las bendiciones que generan cielos para unos, e infiernos que generan ambientes azufrados y llenos de mentadas amargas para otros!
Bendita sociedad sufrida que aceptas en una serena historia todo esto que en principio fue impuesto por los españoles conquistadores, que siguen demostrando que persisten a través de todos los tiempos, al lanzar sobre la noble gente nuevos conquistadores sin caballos ni arcabuces, que pisotean derechos, que imponen condiciones, que demuestran todo el tiempo su incapacidad, desidia y maldad y el pleno desinterés de estar con el pueblo, con ese pueblo que todo da, todo entrega sin necesidad de quemarles los pies o cortarles la lengua, porque el mismo pueblo ha demostrado que a pesar de conocer su historia, prefiere seguir siendo subyugado por quienes lo han convencido de que ellos son los buenos, los sacrificados y ellos, son el sagrado motivo de su sacrificio aún a costa de su propia vida, ya que no es fácil, de estar acostumbrados a comer frijolitos con puyul, a comer carne y pan francés, con el riesgo de contraer una soberana diarrea que pueda tener inclusive finales funestos. ¡Hágame el favron cabor!
¡Por eso se matan y se pelean entre ellos para estar nominados a los sacrificados lugares!, ¡Por ello se desbaratan familias y se rompen amistades!, ¡Por ello se miente, se engaña y se jura en vano sin remordimientos! ¡Por ello, en estas fechas y esperando las benditas y divinas listas que harán por siempre las diferencias se DESATÓ EL INFIERNO!
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