Columna

R e f l e x i o n... a n d o...La tristeza del final de un cuento


“Un cuento perfecto no es la típica historia de siempre, donde todo acaba bien y donde los protagonistas al final del cuento siempre son muy felices; un cuento perfecto es despertar a una realidad inaceptada en donde desafortunadamente los principales protagonistas son un yo, un tú, un todos”. G.H.F.

¿Qué sucede cuando se descubre que el final de un cuento personal no es como se esperaba?, ¿Cuándo despiertas a diario y a diario te sientes frustrado, engañado y ya en las afueras de esa burbuja blanca y azul en la que entraste, pero jamás te diste cuenta que tan solo sería una cárcel artificial? ¡Vaya con la mula baya que brinco la valla para que se vaya!, ¡Y nunca se fue, pues entre mil dudas pensó que todo era producto de un mal sueño y que las cosas cambiarían como para tener alfalfa de primera para comer y para utilizar como cálido pesebre!; Palabras que rezumban como eco en la mutilada conciencia que estaba acostumbrada al pensamiento y la visión de que al perro se le puede amarrar con longaniza y a las víboras se les puede confiar el bienestar de los humanos. ¡Primero los pobres, pero detrás de los ricos!, ¡Primero la salud, pero con sal, limón y “sangrita”!, cuánta más sangrita o la meta es ¿hasta que la mar se tiña de rojo? 

“Hubo una vez una gente que creyó que la luna era de queso y que ya no tendrían empacho de llenar sus buches hasta reventar”; …pero, oh decepción, cuando comprobaron que ellos jamás podrían llegar porque no tenían la varita mágica que los transportara hacia allá y paulatinamente se fueron muriendo de hambre, y de desilusión”, …”los que tenían el poder comían opíparamente sin pensar en otra cosa más que en disfrutar su momento y acumular queso de manera egoísta y malvada”. Colorín colorado, cualquier relación con situación alguna, se hace la aclaración de manera contundente, ¡será pura coincidencia! No hay enseñanza más cierta que la de los dichos populares pues a la queja de que “fui engañado”, hay una respuesta de los abuelos muy dura, pero cierta: “el que nace para buey hasta la coyunda lambe”; y así muchos tal vez como punto de reflexión para las multitudes, que mencionan; “no puede ser, es que se veía tan buena, tan humilde, tan de nosotros”, ¡respuesta inmediata!: “no tiene la culpa el indio sino quien lo hace compadre” ¡Ay abuelitos, on tan con tanta sabiduría!

Es un cuento, como cuento, para contar a las generaciones venideras; es un cuento, como cuento, para tomar como material didáctico y con ello enseñarles el mapa de los caminos que no se deben tomar para buscar tesoros ilusorios y para reafirmar los rumbos que valiente y decididamente habrán que caminar con seguridad para el conocimiento de su historia, para que la conozcan y no los lleven a bailar con la más fea, ya que un pueblo que no conoce su historia estará condenado a repetirla, pero quien tiene conocimiento de ella tiene como responsabilidad conservarla, mejorarla y vivirla y escribirla a diario con aceptación y satisfacción. De Elizabeth Benavent en su cuento perfecto, se comparten estas hermosas frases: “No somos lo que tenemos, somos lo que sentimos”; ¿Habrá algo oculto en ella?, no lo sé, pero siento que ahí está un tesoro personal. “Somos capaces de tomar decisiones muy estúpidas por el simple hecho de sentirnos momentáneamente felices”. Por ello, no dejar que persona alguna haga creer que lo que no se es, es más importante que lo que sí, por que después de eso es cuando viene LA TRISTEZA DEL FINAL DE UN CUENTO.

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