Columna

¡Aplauso a la ignorancia!


"En un mundo de hipócritas el honesto y sincero siempre va a ser el malo". Gaspar Ariel Herrera Farfán

En una plática entre payasos, esto fue lo que se escuchó: “si el dinero es lo único que importa, ¿porqué no estamos vendiendo caramelos o chicles en vez de estarnos inventando vidas falsas? ¡Vaya, para reflexionar en serio!, porque acaso, ¿éste tan solo es un mundo para los mudos, y quien no lo es tiene que gritar para intentar vender su historia, su desesperación o su propia vida? ¿que acaso todos habrían de convertirse en payasos para poder ser escuchados por aquellos cuya risa tiene el mismo valor de las monedas con que fue comerciada y vendida la vida del buen Jesús? ¡No puede ser que así sea, cuando una historia, un trabajo responsable, un esfuerzo realizado con alma, vida y corazón resulte ignorado, por no tener una carpa propia, un circo a la medida de los grandes, o el noble apellido de “Garrick” cuando no se mira el nombre propio y esperado en el elenco de la magna obra teatral que para algunos es supervivencia, y para los eternos “extras” con sueños de protagonistas por siempre será sobrevivencia!

¡Entonces es cuando la existencia se convierte para los más en un eterno espectáculo callejero popular, en donde desde el centro uno, tan solo uno es quien da las órdenes y los pocos que lo rodean las hacen válidas entre un ejército fiel y obediente que lo único que habría de recibir es la consabida palmadita en la espalda, la llamada de atención por haber podido hacer más y el regalo de las nobles palabras llenas de esperanza, de que hay que seguir así, para algún día poder alcanzar la gloria que con mucho trabajo ahora ellos disfrutan! ¡Háganme el fabrón cavor!

¡Aquí es cuando se luenga la traba del pensamiento que no quiere aceptar que ya no tiene nombres, ni apellidos, y mucho menos historias hechas con acciones de valor de unos antepasados que enseñaron caminos de dignidad y de respeto, que ahora se han perdido entre la maleza, la mala hierba y las espinas que uno mismo se ha enseñado a disfrutar en este diario caminar, sin brújulas, sin dignidad, sin pensamiento y sin conciencia! ¡Malhaya sea la estaca que con dolor se disfruta! ¿Acaso cada uno no es el dueño y el único responsable de sus miserias o de sus triunfos? ¿Acaso de nada sirve recordar que el día que tienes para comprar carne para comer, te quitan el dinero porque ese día es de ayuno obligado? ¡A…ca…lambrado de nuevo por comprar pases al cielo! ¿Qué sucede cuando se miran espectáculos callejeros y la curiosidad arremolina a mucha gente a mirar, escuchar y reír disfrutando todo el espectáculo, pero cuando alguien agarra la gorrita y el sombrero, prueba inequívoca de que algo hay que aportar?, ¡entonces el tumulto se disuelve quedando enmedio de la calle tan solo los artistas y su sempiterna necesidad!

¡Listas vienen, listas van!, ¡listos se pierden, quienes poco piensan se encumbran!, ¡La gracia y la desgracia está al alcance de todos, el problema es que en la desgracia por lo regular siempre se está solo, y la gracia se comparte con tantos que al final, nada queda para uno, tan solo el recuerdo que propicia un ¡APLAUSO A LA IGNORANCIA!.