Por Gaspar A. Herrera Farfán
“Tu tiempo es limitado, así que no lo malgastes viviendo la vida de otros, en venganzas y odios, o en especulaciones sin sentido… ¡Vive tu propia vida en armonía, paz y equilibrio que todo lo demás es secundario! STEVE JOBS.

Se busca afanosamente algo, y cuando se consigue no se sabe que hacer con ello; quien tiene un ideal no persigue fantasmas, sino que su espera la convierte en la más grande oportunidad para construir el sólido edificio de su inmortalidad, sin olvidar que se camina en hilos tan delgados, que basta un desacierto para cargar el peso sobre un solo lado y convertir todo, en lo opuesto que se buscó con desesperación. Una mirada puede ser una isla sin valor, pero el escrutinio de todas las miradas tienen la autoridad no escrita de dar los verdaderos veredictos que no tienen oposición, aunque jamás tengan la aceptación de quienes pierden la conciencia por la equivocada luz de un poder temporal, y los salameros aplausos y palabras vertidas en miel, que se habrían de convertir posteriormente en la más amarga hiel, de esos Judas que mañana estarán escondidos en otros aplausos y otros juramentos de lealtad y fidelidad, hasta que el próximo en el poder los separe.
Si realmente se reflexionara y actuara en lo que dice sabiamente Carl Sandburg: “el tiempo es la divisa de tu vida. Es la única divisa que tienes, y solo tú puedes determinar cómo será gastada. Se cuidadoso y no permitas que otras personas lo gasten por ti y con ello te destruyan por siempre”; no se trata de vivir con todos los aciertos, sino de experimentar los aprendizajes que a través de lo cotidiano se ha aprendido de la vida; pensar en que tus decisiones convertidas en acciones tendrán consecuencias que en lo bueno o en lo malo, tan solo tú tendrás que enfrentar ante la inquisitoria mirada de todos; comprobar que se destruye tan rápido una imagen creada por años de trabajo, en tan solo un segundo, demostrándose con ello que inocentes o culpables siempre serán juzgados por los cargos que ostenten, y no por la confianza depositada en sus personas. ¡Ah palabras tan absurdas, pero tan verdaderas: “de que lloren en mi casa, mejor que lloren en la ajena”! ¡Tal vez ese pensamiento haga aflorar algún recuerdo escondido, aunque si así sucediera sería mera coincidencia!
La mejor manera de desbaratar un ejército es ponerle a su cargo Generales de ejércitos enemigos, pues quien vende su conciencia no sabe de lealtades y sí de intereses personales, y quien con tu propio ejército traicionará la confianza. ¡El frío no es de sarapes, es de ambición y poder!; El tiempo pasa y jamás vuelve atrás, pues se está en una vida de cambios constantes y de profunda evolución, sumidos siempre en momentos estresantes y estrangulatorios, que enfrentan a espejos que demuestran cómo todo se escapa de las manos con la facilidad de la indecisión, en el disfrute de marquesinas y luminarias que al final, tan solo achicharrarán toda la existencia, al no darse uno cuenta de todo ello, y aceptar, que los tiempos limitados son para hacer y construir y no para enemistarse posteriormente con uno mismo y con quienes en su confianza se entregaron de manera total a ti, pues los arrepentimientos tardíos no pueden corregir la destrucción de la más grande oportunidad para conquistar a plenitud tu propio universo.
“El hombre es libre de sus actos, pero no de sus consecuencias”, pues un gesto, una palabra o una mala acción, siempre habrá de ocasionar algún impacto, y en algún momento siempre se dará la culpa o la razón a quien la tenga. “Una mala persona jamás será un buen profesional”; “un buen profesionista es el candidato idóneo en el marco de la corrupción”, “no entiendo que lo hizo cambiar, si era tan bueno”; y así muchas frases de las más escuchadas, sin embargo, hay que dejar respuestas a quien la tenga; ¡JUEZ IMPLACABLE, EL TIEMPO!