“Ten cuidado con lo que hablas, sobre todo, con todo lo que te dices a ti mismo, no olvides que jamás habrá alguien más cruel para ti” (Dicho popular antiguo).

La lectura se vuelve maestra cuando la relacionas con la existencia; todo texto tiene un contenido, pero no la responsabilidad de una enseñanza o de un aprendizaje. Un título tal vez romántico y hasta fantasioso pudo encender tantas lámparas para iluminar el entorno de una convivencia cotidiana e incomprensible, pero que al fin, logró dar al blanco del entendimiento: “El pequeño libro de la FELICIDAD”, del feliciólogo Ángel Rielo, quien deja entrever durante todo su recorrido, que es una guía para las personas valientes que se atreven, no solamente a ver que las cosas pasen, sino que se vuelven extraordinarias al ser protagonistas para que las cosas sucedan. ¡Claro!, lo basa en algo tan antiguo, que muchos han olvidado a propósito, a pesar de estarlo viviendo a diario: “Los cuatro acuerdos de los Toltecas”; por ello hay que ser impecable con las palabras tanto para los demás, como para ti, porque todo aquello que se manifiesta se convertirá en guía para tu forma de sentir y de vivir, y si de algo se ha abusado es de la mala utilización de este hermoso concepto de convivencia.
Estos son los acuerdos: I. No te tomes nada de forma personal; lo que opinen los demás, ¡está de más! No ofende el que quiere, sino el que puede. II. No hagas caso a nada de lo que las mentes sucias digan de ti o de tu vida, no permitas que lo tóxico te intoxique; la gran enseñanza: no se puede escuchar y hacer todo lo que los demás digan, porque entonces ya no se estaría viviendo su propia vida sino la que decidieran los demás. III. No adivines ni supongas; los humanos son los únicos seres sobre la faz de la tierra capaces de sufrir por un acontecimiento que normalmente no se llega a producir. IV Haz de ser siempre LO MÁXIMO que puedas, claro, sin olvidar que “el que mucho abarca, ¡poco aprieta!”. ¡Estos son los cuatro acuerdos de vida que la historia ha comprobado que resolvieron cuando fueron aplicados, casi todos los conflictos personales! Sin embargo, en el instructivo se establece como factor importante que hay que empezar por el primero y no pasar al siguiente sino hasta que se haya asimilado y comprobado de manera positiva el resultado, en su aplicación existencial, ¡Claro!, ¡Con honestidad personal!
Cuan difícil es, cuando con esto se desnuda por completo a un ser cuyo ego lo conduce y dirige hacia una no aceptación, por que eso lo haría exhibirse como un ser débil y sin autoridad; si tan solo se cambiaran términos de debilidad por aceptación y autoridad por humildad, se llegaría al centro del universo, que al final no es más que uno mismo, y se estaría viendo en el espejo de su propia conducta, como el único responsable de cada una de sus interpretaciones, de cada una de sus aceptaciones, por que al final, será el responsable de cada una de sus acciones. Se nace solo, pero se tiene la capacidad para hacerse acompañar de todos si se aprende y aplican las CUATRO REGLAS FUNDAMENTALES PARA VIVIR.