Columna

La liberación reprimida


Por Gaspar A. Herrera Farfán

“Para buscar la libertad de la sociedad, hay que pensar y analizar los mecanismos de explotación de los seres humanos, tanto así, como los de manipulación de la conciencia”. TEORÍA DE LA LIBERTAD DE MARCUSE.

No se puede hablar de una sociedad futura, cuando la sociedad actual tan solo gira sobre su propio eje y no avanza hacia otros modelos que le permitan tener elementos comparativos para poder deshechar o aceptar aquellas cosas que le ayuden a caminar libremente, hacia su propia libertad; hablar de un modernismo a estas alturas del partido, es aceptar que se han mejorado en mucho las trampas, los chanchullos y hasta las formas de vender tamales, incluso cuando no se tenga hambre o necesidad alguna de ellos. Bendito aquel que dijo que México es un país con tanta inteligencia, que aún antes de sacar cualquier producto al mercado, ya estaba establecida la trampa, que permitiría su adquisición de manera libre y arbitraria. ¡Válgame la joroba de San Camel de los desiertos si eso viene a ser una corona de laureles para la historia y grandeza de este deteriorado país, que aún resiste los embates de la corrupción y de la ambición, como cosa acostumbrada que la arrincona a la resignación que reprime cualquier indicio inexistente de liberación!

¡No se puede superar la pobreza cuando la riqueza es administrada por unos cuantos, distribuida a los allegados de esos cuantos, y acumulada por aquellos que manejan y manipulan a todos, además de esos cuantos! ¡Vaya frase tan hermosa que como rompecabezas impide el rejuego lingual que lo exprese a pesar del bloqueo mental que de por sí ya se practica como contenido curricular en las escuelas, y con tristeza se observa, que también en muchos de los hogares, en que se ha asesinado el buen ejemplo con los más grandes valores universales, cambiándolos por la nefasta conveniencia, encerrada en el egoísmo personal, que rompe en automático con la estructura de convivencia social! Marcuse menciona como única posibilidad para construir una cultura de transformación y progreso colectivo, al ser capaces de “construir una cultura capaz de cumplir las promesas humanistas traicionadas por la vieja cultura” ¿Qué habrá querido decir?

¡Claro!, ¡hay que desarrollar la más alta sensibilidad que permita enfrentar sin miedo, a la vergüenza y al sentimiento de culpa, hasta vencer los factores represivos, que han sido interiorizados, y que reproducen la mansedumbre y el servilismo esclavizante! ¡Esa ha sido la escuela y la enseñanza del poder para lograr por tantos años la acumulación desmedida y la dominación total de la ciudadanía!, ¿Acaso esta es la llamada civilización?, ¿así es como se debe percibir? ¡claro que no!, ¡se necesita la aplicación de los recursos necesarios para lograr la supresión de la represión, y el fortalecimiento y despliegue de los instintos de vida y de afirmación del ser! ¡no se es autómata ni se es zombie, para no poder definir que la libertad no es un concepto que permita la manipulación, sino una decisión que te haga recuperarte en tu grandeza y en tu dignidad! ¡no solo es perpretar la raza humana para seguirla dividiendo en “los más” y en “los menos”, sino entre todos hacer una sociedad libre que elimine por siempre “LA LIBERACIÓN REPRIMIDA”.