“En 2017 se crea la coalición “POR MÉXICO AL FRENTE”, teniendo como protagonistas al Partido de la Revolución Democrática, Partido Acción Nacional y Movimiento Ciudadano, que se constituyó como una reacción al resultado elector en Edomex, para contrarrestar la estrategia del Partido Revolucionario Institucional a utilizar en el 2018”. René Delgado.
Las historias, ahora a nivel nacional, se repiten y los protagonistas cambian de trincheras, pero con las mismas artimañas conocidas por ellos mismos y lo que ayer se utilizara a favor, ahora le toca ser utilizado en contra; o sea, el objetivo de estas enormes estrategias se transparenta al mirar los escenarios y a los generales de las batallas, lo cual define el objetivo y lo transporta a una sociedad lastimada, pero que siempre le ha tocado bailar sin reclamos, al son que le toquen: la fragmentación del voto, la saturación de candidatos, la fuerza de todos detrás del ungido oficial, la violentación de las leyes para colocar a sus candidatos a modo, la distribución indiscriminada de puestos en gabinetes o en instituciones y organizaciones de tipo institucional, en fin, un sinfín, y si se requiere de alguna comparación, solo miren, ahora la coalición, en que el partido invencible del 2017, ahora quiere ser el enemigo implacable de uno de sus socios que lo desplazara del poder y del liderazgo nacional, con los aliados de casa con los que se han tomado acuerdos para dividirse las ganancias en caso de obtener el tan anhelado triunfo.
Esto pone a pensar en una guerra con balas de salva, en que no existe fuego amigo o fuego enemigo, sino el riesgo de un polo electivo que los pudiera derrotar, y que ello únicamente se vería venir de manera directa de la tan lacerada sociedad, que ya lee e interpreta las estrategias de guerra, en base a los acuerdos “alibabescos”, de distribuirse el botín como gran incentivo, aún antes del inicio de la batalla campal; promesas de reconquista de asientos congresistas y de gubernaturas consideradas como propiedad particular, y que por un extraño fenómeno de populismo se les escaparan de las manos; presidencias municipales y diputaciones con la generación de candidatos nuevecitos y sin estrenar sin importarles las indisposiciones de la membresía de sus organizaciones políticas, bajo la amenaza disfrazada de “disciplina partidista”; candidaturas y puestos políticos a papis e hijos de papis cuyo único trabajo ha consistido en demostrar por siempre ser los hijos de papis; (vaya, que enredo), pero, ¿y el pueblo?, ¿al pueblo que le toca de toda esta repartición que siempre beneficia a los mismos?
Si se llegara en verdad a conformar un verdadero gobierno de coalición, sería algo de beneficio colectivo, y no fracturas sociales, pero eso, ni en las bibliotecas de ciencia ficción se podría dar, ya que es muy grande el trabajo y la responsabilidad de generar una perspectiva de cambio de régimen en que se instituyera como práctica una verdadera democracia, y ahora es cuando los partidos políticos demuestran que están para subsistir a cualquier precio y que las instituciones que permiten su generación y le dan marco legal son aliados al permitirles la libre asociación sin importarles su doctrina ni sus reglamentos de constitución autorizando con ello ¡DESIGUALDADES EN LA “IGUALDAD”!