Política

La lealtad es palabra de chapulines que quieren hacer creer a quienes no tienen derecho de pensamiento.


Algo que descubre por completo el sucio panorama político, es el acuerdo de los dueños de los partidos, que al final demuestran que en este juego el único perdedor es el pueblo, el ciudadano, el verdadero miembro que cree en verdad en su partido.

Con qué facilidad se brincan de una posición a otra sin obstáculos, y sin que la membresía tenga derecho ni a interrogar ni a oponerse por las decisiones ya establecidas por derechos ganados a pulso como "lealtad", "democracia", "transparencia" "respeto" y "honestidad, y así, aun habiendo sido candidatos de todos los partidos, son los que si califican y recriminan, calificando de traidores a quienes han demostrado militancia, trabajo y entrega.


Asi esta el teatro con todos sus grandes actores, quitándose las máscaras con el conocimiento pleno de que el pueblo jamás les hará nada y si les seguirá dando todo a estos embajadores de la política que son de la casta divina que todo lo puede, hasta pensar en que si el pueblo vota ganan, y si no vota, con sus esbirros ganan, así que, ellos si son leales a sus principios y los ciudadanos de igual manera, son leales a sus costumbres, hasta que se decidan con firmeza a cambiarlas.