Como diría el buen presidente EPN, estamos a un mes de iniciar las compañas electorales, a menos, a cinco meses. Lo cierto es que hay dos gallos destapados, dos que no tuvieron necesidad de ser militantes en sus partidos. Peso los años como funcionario y por el otro lado, con solo exhibir la pobreza del país. Se distinguen por sus capacidades, según ellos, uno por trabajar más de 25 años, pero durante esos años las cosas no mejoraron, la cosa sigue empeorando. Él otro vive quejándose por no tener la oportunidad de estar en los pinos. Saben muy bien de quienes se están hablando, los conocen, como conocen cada uno de sus dedos. Si ellos, tú los has nombrado, no estas equivocado es Andrés Manuel y Meade.
La contienda hacia los pinos, están entre ellos dos, según ellos, aún no andan sueltos, ahorita están siendo acariciados los gallos, para brindarle un gran espectáculo a los Mexicanos, gritarán, sacarán los trapos al sol, prometerán acabar con la corrupción, la desigualdad, la inseguridad, temas, que siempre estarán escritos en sus discursos. Triste, es mirar el rostro del mexicano, esperando que gane su candidato, para tener una vida más justa, como le prometieron y le prometen cada seis años los candidatos, pero todavía es más triste cuando son desamparados y olvidados.
Lo cierto amigo, le dice Don Puñetas a su compadre, es que nosotros seguiremos jodidos, gane quien gane. Y eso que apenas habían bebido la primera botella de tequila, que por cierto, se habían robado en la tienda de la esquina. La cuestión del cambio no radica en el político prometedor y mentiroso, sino de cultura, que por desgracia pocos recibimos en casa, lo perdemos en la calle y en las instituciones gubernamentales, por eso no es de extrañarse, de la corrupción, la inseguridad, la desigualdad, si ya forman parte histórica de nuestro México. Para que verdaderamente haya un cambio en México, deben verdaderamente estar unidos todos los mexicanos.