Columna

Señor no me des, solo ponme donde hay


“No le pido a Dios que me de, sino que me ponga donde hay, que de lo demás me encargo yo” German Valdés (Tin Tan).

Es altamente desolador, en el milagro del diario despertar, que, en vez de hacerlo con la espera de los múltiples colores de la existencia, la vida misma te indique que se habría de continuar en blanco y negro, dejando caer en las pupilas y en el organismo mismo, el cúmulo de sinsabores que desbaratan el delicioso sabor de la esperanza de quien duerme escondido en el desconsuelo, y despierta en el asesinato de los sueños del inexistente mañana, que es hoy, el triste hoy de todos los días. Francisco Javier Marín Boscán

Se enfrentó a una lucha denodada para saber si la “corrupción” podría ser un problema de sociedad y/o político”, llegando a la triste conclusión documentada, que “la corrupción es un problema de gran incidencia social”. ¡Flaquita de mis amores, regrésame la costilla!; ¡Ahí siempre ha estado el punto del tamaño del mundo que es más fácil eludir que enfrentar, o es más fácil de ignorar que pecar de inteligente!

Ninguna persona cuerda se pondría la soga al cuello y pediría ser ahorcado en nombre de su honestidad; ¡La vacuna contra el COVID 19 se dio en múltiples laboratorios y de su efectividad aún se está expuesto a alguna intolerancia que pudiera existir, porque todas se dicen las mejores!, ¡La vacuna contra la corrupción existe, aunque celosamente guardada con tres candados como la puerta negra, por quienes con impunidad hacen uso de ella de manera inmisericorde y  cruel, pues se llama “democracia” y sirve para dar fuerza y poder sin límites!; Entre los diez mandamientos que para la vida moral la Biblia señala y marca, se encuentran dos, vinculados fuertemente al respeto a lo ajeno, y aunque se ha tomado como bandera, quien los conozca compare con los tiempos actuales, y si acaso encuentra algún punto de crédito en alguno, se puede poner en el plano de una mera coincidencia; en concreto estos son: “No robarás”, y “No codiciarás los bienes ajenos”.

Muy fuerte, pero con mucha verdad y razón, lo establecido por Arthur Uslar Pietri, “…nadie duda de que existe la corrupción, pero no tenemos el valor de sancionarla. Y no tenemos el valor, porque todos somos la parte fundamental de esa tolerancia”. ¡Pega, y pega donde más duele!, ¡En la conciencia! ¡Eureka!, ¡Quiere decir que sí se tiene una! ¡Muy en el fondo pero sí existe!; aunque los valores son aplicables a circunstancias, los hechos son los que proyectan la realidad de la carencia de inteligencia, conocimiento y habilidades de sentido humanístico!, ¡Mientras se siga pensando en el milagro de la lotería para definir futuros, se seguirá aceptando la tolerancia a la corrupción en la serena paz de la tranquilidad que les permita a todos ser y hacer, en completa libertad, sin principios y personalidad. A diario una buena ración de palabras que van en contra de una sociedad multidividida y megamanipulada a placer por la incapacidad pensante y de respuesta ante la justa injusticia que cargan, pero que son incapaces de conocer y utilizar a su favor.

“Mantén al pueblo ignorante y así tendrás atado y contigo por siempre, al monstruo de las mil cabezas” G.H.F. El único que trae verdades es el tiempo que inexorablemente y segundo a segundo, jamás se detiene, y en su insensibilidad, no perdona ni indulta; al pueblo se le sigue prometiendo pero nada se le da; hay una amplia brecha entre lo que se aspira y lo que se tiene, pero aún así, algo impide el despertar; se están exhibiendo al paso de los días, el manejo irracional y honesto de los bienes públicos, y el principal bien es el trabajo ético, responsable y profesional, sin importar más que resultados y productos que emanen calidad y beneficios a esa colectividad que espera paciente, ignorando la llave del tesoro convertida en la oración ¡SEÑOR NO ME DES, SOLO PONME DONDE HAY!