Columna

Al santo rezando y con el puño dando


Siempre se ha aseverado que no hay refrán o dicho falso, más cuando se trata de los mexicanos que le ponen salsa picante y al momento de interpretarlos muerde hasta la conciencia y repica en todos los espacios del individuo.

generando hasta las lágrimas, de tanto ardor interno; algo entonces debe existir cuando en la mayoría de los momentos del individuo se escucha por doquier “míralo, al Santo rezando y con el puño dando” ¡alabada sea la ropa que no se ha puesto a secar! ¡esto qué es lo que en sí quiere decir si en su plena interpretación debiera ser la alimentación de la cultura del esfuerzo y no el esfuerzo de desaparecer una cultura con historia!, o sea, ¡que la gracia, la suerte o la fortuna, nada pueden hacer si la voluntad humana no hace su parte!

Porqué entonces la equivocación de términos o de conceptos; acaso será porque la escuela de lo aberrante ha sido más fuerte que la escuela de la sabiduría, y los individuos que en ella se desarrollan demuestran haber perdido la posición de HOMUS INTEGER, para dedicarse a reptar hacia la búsqueda de nidos para atacar y destruir, ante la serena complacencia, de quienes esos son los resultados que esperan de sus acciones. ¡Válgame la reata descompuesta de la mula arisca!, si acaso esto pudiera tener alguna relación con la vida de ayer de hoy y de siempre ¡se pide no hacer caso porque es mera coincidencia! El hombre es creyente porque una expresión común, convertida en ferviente oración es “Señor no te pido que me des, ¡pónme tan solo donde hay que de lo demás yo me encargo! ¡Dónde queda el equilibrio entre la espiritualidad y la acción! ¡oportunistas sin escrúpulos ni conciencia que asesinan de manera masiva a la fe, esperanza, ideal o sueño, de quienes sí creen en la injusta justicia y en la democracia manipulada por las grandes esferas del poder.

Si acaso se lograra interpretar esto de la mejor manera, tal vez pudiera ser una abierta invitación a la inminente necesidad de salir pronto de esos espacios conquistados por y para otros, y jamás, ni en los más remotos pensamientos, considerados para compartir de manera abierta y transparente con la sociedad. Aquí el juego de las comparaciones, porque como en las funciones matemáticas, a cada dicho o refrán le corresponde una respuesta; por ejemplo, cuando se quiere que todo caiga del cielo y se reza “al que madruga Dios le ayuda”, ¿Sólo así, despertando a media noche para salir y hacerse rico? ¡Buena fuera la fiesta para bailar en madrugadas! Pero se olvida que la respuesta a ello viene con aquello que dice “ayúdate que yo te ayudaré” y algunos con burla y sorna le podrían poner ¡“No por mucho madrugar amanece más temprano”! Se vive en tiempo y época que es copia fiel de un pasado sin presente y de un presente sin futuro, o sea, aunque se “luenga la trabe”, hay que entender y aceptar, o retomar y enfrentar con decisión el timón del yugo ciudadano y que se basa en ¡“a río revuelto, ganancia de pescadores”! ¡Ya no más!

Siempre ha habido vivillos cuya única cualidad es sacar provecho de las situaciones de caos y desorden, pero eso, ¡es una genialidad!; demuestra que la inteligencia es pasiva, que la razón es manipulable, que la conciencia es comerciable y que todo es posible, cuando tan solo se repite ¡AL SANTO REZANDO Y CON EL PUÑO DANDO!