Columna

Cuando el cambio no transforma


Por Gaspar A. Herrera Farfán

“El cambio implica siempre una ruptura con algo que está presente; la Transformación, por el contrario, es un avanzar en lo que uno es, o tiene”. Diariocrítico.com.

Si se parte desde esa premisa, de una manera muy sencilla se puede establecer algo que resulta tan visible como lo cotidiano, el cambio busca lo nuevo, lo distinto, la transformación exige mejorar lo que ya se tiene. ¡Ándale!, ¡Justo ahí es donde empiezan los problemas pues es mucho el entendimiento que se exige, para una interpretación concreta! ¡Entonces si se quiere cambiar hay que ser totalmente diferentes a lo que se es! ¡Hay Señor de las cadenas de amargura, ayuda para encontrar caminos correctos! ¿Es que entonces hay que hacer de cada uno una persona diferente a lo que se es?; ¿Por eso son los fracasos de tanto slogan publicitario que establecen cambios y transformaciones cuando existe doble complejidad entre la persona y el proyecto?

¡El ladrón no era ladrón lo enseñaron a robar!, ¡Lo hicieron cada vez más inteligente que aprendió a interpretar que “la ocasión hace al ladrón”, y así, se aseguró en lo que aprendió a hacer muy bien! ¡Cambiar es producir resultados distintos, aunque se tenga que alterar cierto orden o secuencia! ¡Es romper la monotonía cotidiana con resultados innovadores que demuestren conocimiento y habilidad! ¡Es aprender a sacar lo mejor de uno mismo, para que el nombre tan solo sea un identificador y la presencia sea el reconocimiento social y la aceptación colectiva! ¡Las sociedades para avanzar exigen cambios permanentes y la misma estructura en que se manejan ya van demostrando que la historia sí enseña y que las mentalidades empiezan movimientos libertarios, aún en contra de sus propios miedos, pero que definen resultados en los momentos precisos! ¡Ya se va entendiendo que todo aquello a lo que se resiste persiste con más fuerza y por ello están probando, dejando fluir en un proceso de aprendizaje que, en el futuro, pueda reencauzar sus energías en pos del resultado que busquen con justicia y seguridad!

Y tan solo así, se podrá hablar de Transformación, como ese dínamo que produce una nueva energía, una nueva conciencia, una nueva forma de vida; cambiar por interés de manera momentánea se ha convertido en el común denominador en este mundo de todos y de nadie, en donde una vez conseguido lo que se quiere, si te ví no te conozco y una firma no es promesa de cumplimiento ¡Háganme el favron cabor! Ahora, ante estas dos palabras mágicas, se extiende la mullida alfombra de la incertidumbre, esperando tan solo resultados finales enmedio de un pesimismo generalizado, aunque se hayan dado sorpresas que hay que reconocer como islas en medio de pantanos oceánicos de pudrición. La incertidumbre involucra a todos cuando no hay confianza y cuando nadie fue capaz de dejar en claro que nada garantiza un resultado superador, ni siquiera diferente; cuando el trabajo es de gestión y no de competencia y todo se dará de acuerdo a conocimiento, habilidad, liderazgo y seguridad.

“Los cambios vitales en conductas y comportamientos implican transformaciones profundas que no podrían gestionarse tan solo haciendo pequeños cambios”; porque es ahí precisamente en donde se puede definir que es CUANDO EL CAMBIO NO TRANSFORMA.