Pomuch, Hkan.Camp. 18 de octubre de 2021.- Hablar de la limpieza de osamentas, nos traslada hasta la villa de Pomuch, perteneciente al municipio de Hecelchakán, enclavada en el camino real, a 48 km de la capital del estado de Campeche, lugar donde se vive el sincretismo, algunos siguen preservando una cultura milenaria, otros simplemente evitan esta actividad, pero al acercarse la fecha del día de muertos, acuden al panteón municipal, para llevar a cabo el cambio de paños, limpiar los santos restos óseos de sus seres queridos.

Cabe resaltar que el pasado 30 de octubre del 2017, las autoridades del gobierno del estado, elevaron este ritual funerario de la comunidad de la villa de Pomuch, como “Patrimonio cultural inmaterial del estado de Campeche”, para esto las autoridades del municipio sesionaron solemnemente en cabildo, para solicitar al congreso del estado, quienes a su vez hicieron entrega de un pergamino, en donde se eleva a este rango la actividad milenaria, hasta el momento no se sabe en qué términos se encuentra está solicitud ante la Unesco.

Mientras tanto los habitantes de la villa, el año pasado muy pocos se acercaron al cementerio municipal, para llevar a cabo esta tarea dedica a sus antepasados, derivado a la pandemia del Sars-Cov2 (Covid19), algunos acudieron a limpiar los osarios, según las autoridades de salud para evitar la aglomeración en lugares públicos, pero en esta ocasión regresaron a este lugar, para cumplir con su tradición y costumbre, debido a la fusión del misticismo, leyendas e historia, se conjugan con un ícono que representa esta bella tierra de Pomuch. 

Como hace 24 años Don Venancio Tuz Chi, luego de laborar por 12 años para la junta municipal de Pomuch, tuvo la costumbre de ofrecer sus servicios para la limpieza de huesos, esto le ha dado la satisfacción de atender a periodistas de diferentes partes del mundo, en donde detalla este oficio ancestral, según palabras de él, esta tarea debe continuar en las próximas generaciones, debido a su impacto que tiene en el territorio nacional y en el extranjero, por eso se le debe dar mayor difusión por parte de las autoridades.

Con brocha en mano comienza a retirar el polvo de los huesos y lo acomoda en el pequeño cajón de madera, también tiene su razón, primero colocan las extremidades, a un costado colocan los huesos de la costilla y la columna vertebral, encima coloca la cabeza, y sí el difunto tiene cabello también se puede peinar o en algunos casos la familia prefiere mantenerlo en una bolsa de naylón, para evitar mayor daño, de esta forma cumple con su trabajo del cual percibe una remuneración económica.

Mientras tanto en el interior del lugar santo, se puede observar las bóvedas algunos aun no reciben la limpieza y aplicación de pintura, en otros lucen con los manteles nuevos, veladoras encendidas y flores al pie del cajón, paradójicamente existen también aquellos que por años están abandonados, se refleja un olvido total, nadie se acuerda, en algunos casos la osamenta está incompleta, producto de la falta de interés, el cambio de religión o porque se fueron de la comunidad los familiares.

Esta actividad poco usual en el país, no tiene una fecha exacta de sus inicios, aunque los que integran la asociación civil Mayakin,  en sus múltiples actividades de difusión de la limpieza de osamentas, que solamente se tiene registros de los cronistas Diego de Landa y López Colludo, los primeros datos remontan en la época de la colonia, el cual es una manera de conjugación maya-prehispánica, siendo una forma de mantener comunicación con el ser querido que se ha adelantado en el viaje sin retorno, con aquellos que siguen disfrutando de este mundo terrenal.

Desde el punto de vista social, el sociólogo Abimael Montejo Haas, con padres de diferentes culturas, su madre originaria de la villa de Pomuch y su padre de Veracruz, señala que “la concepción de la muerte es distinta en la manifestación cultural de las sociedades, muestra de ello son las diferentes fiestas que se realizan,  en ese sentido no sólo en México sino en otros países, cada una con su particularidad, sin embargo ninguna con el nivel que la comunidad de Pomuch hace la manifestación de su cosmovisión”.

Agregó  “Creo desde el punto de vista sociológico es la conexión con lo eterno y sobrenatural, manifestando en un aspecto físico (los huesos de sus familiares), el pensar que para poder seguir dando sentido a su existencia, es necesario una acción de conexión entre lo único que queda en el mundo; esta es la particularidad del pueblo de Pomuch, que la hace interesante de otras, la transferencia del verdadero sentido debe realizarse de manera continua de generación en generación como un artesanal cultural maya.

Para la iglesia católica  es tradición desde el punto de vista cultural,  Pomuch es el único lugar donde se realiza la limpieza de osamentas, o como comúnmente mencionan “limpieza de los santos restos de sus familiares”, es una situación de cristiandad, ya que en los paños bordados es lo pagano y con la cruz dan una clara muestra de la cristianización.

Es una costumbre maya, no es malo es algo que se tiene que mantener, incluso podemos escuchar a las familias que están limpiando los huesos al mismo tiempo platican con sus seres queridos, no hay que suprimir una creencia, es importante darle mayor realce y promoción para que cada año se tenga más visitantes poner ante los ojos del mundo, algo peculiar con mucho significado quizá existen otros grupos que no están de acuerdo con esta forma de mantener una relación entre vivos y muertos.

Es algo rico que favorece las costumbres de un pueblo, es una forma de ver ese destino en donde nosotros estamos caminando que es la muerte y que Jesucristo es la vida plena, es un paso de la vida terrenal al inframundo, incluso todos están llamados a la vida celestial, en algún momento estaríamos cambiando de destino, por lo pronto es necesario seguir con este trabajo, no hay manera de escandalizar, no es algo usual, pero cada pueblo tiene sus costumbres y tradiciones, por lo que es importante respetarla.

Para los próximos días se tiene programado efectuar diversas actividades, para conmemorar el día de los fieles difuntos, a cargo de los integrantes de la asociación civil Mayakin, mientras tanto Pomuch, sigue viviendo para sus muertos.