Calkiní, Camp. 5 de diciembre de 2020.- Una vez más se demuestra que la sociedad es lo último que importa cuando el poder se consigue y las promesas se entierran en hoyos tan grandes como el tanque que, a pesar de su volumen, paso desapercibido la noche de anoche tanto para las autoridades policiales como para las municipales, quienes ante el hecho demostrado se hunden en el relleno de sus hamacas para asomar la cabeza y les echen culpa alguna por haber permitido el acceso del enorme deposito de combustible que ya fue ubicado en el lugar que le corresponde en el local de la gasolinera que casi en el centro del pueblo, y rodeado de viviendas de la calle 20 en plena avenida de la ciudad.
Protección civil demuestra su infuncionalidad, a menos que hayan ordenes directas por su autoridad inmediata superior , ya que resulta por demás extraño, que no se note un tráiler con plancha y el acceso libre para maniobras si que niguna autoridad intervenga.
Una vez más se demuestra que en política la palabra no tiene valor y que el pueblo, al igual que la palabra, es menos que nada en cuanto a sus derechos de seguridad y de protección. No son palabras, los hechos así lo demuestran pues incluso los trabajos se están desarrollando normalmente en el terreno mencionado en cuestión. Y como dijera San Chapulin Colorado, "y ahora, quien podrá salvarnos"